viernes, 6 de noviembre de 2015

Personal introducción a los impulsos errantes.

Y aparecieron las ganas de huida. Otra vez, ahí estaban en ese momento en el que tu mente volaba en otra dirección a la que llevaba el autobús en el que ibas montada. En este caso no eran ganas de escapar de Madrid y de todo lo que hay en ella, simplemente eran  ganas de sentirse viva.
Creo que todo el mundo debería encontrar eso que le hace revivir y sentir esa ilusión por la vida, no hay que caer en ese torbellino de rutina que amenaza cada semana con atraparnos, no dejarnos escapar y volvernos a todos unos malhumorados todas las mañanas. Cuando lo encuentras no quieres parar, te vuelves en un adicto inseparable de su droga, tan potente que te asustas y preguntas si esto afectará a tu vida tanto como crees que podría llegar a hacerlo.
  
Yo me considero adicta a la improvisación. No soporto tener planeado a la perfección cada día, semana, futuro... ¿Por qué las personas quieren tenerlo todo controlado? Es imposible, aburrido y estresante. No siempre todo va a salir como piensas y luego vienen las desilusiones. Los días me han hecho darme cuenta de que lo mejor es ir viendo lo que depara el día a día. La espontaneidad es lo mejor que existe y vivir por impulsos no siempre tiene por qué salir mal. Sentir esa energía de estar haciendo lo que quieres en el momento justo y preciso, no importa el futuro. No hay por qué darle tantas vueltas a todo ni pensar qué es lo que puede pasar en días posteriores si ahora tomo esta determinada decisión. Personalmente necesito tener experiencias, vivir y sentir la naturaleza, la esencia de la novedad.
A veces podemos experimentar ese miedo al caminar sobre ideas nómadas. Las nuevas situaciones a las que podemos enfrentarnos o la sensación de dejar atrás caminos que al final no tomamos. Pero, considero que eso forma parte de nuestro aprendizaje, dejar sangrar emociones, dejar que curen y pasen por nosotros mismos el tempo necesario, sin reprimirnos. Esto es lo que necesitamos para poder evolucionar como personas. Y es ahí cuando entonces aprendemos que todo evoluciona, no nos mantenemos estáticos ni pegados a un momento, lugar, persona o sensación.

La certeza de saber que somos dueños de nosotros mismos es lo que más me seduce de la vida. El encanto que tiene todo lo desconocido como los lugares a los que viajar, culturas que conocer, personas, sentimientos, vivencias...  ¿Por qué no comenzar ya? La libertad y la simple belleza de la vida son algo demasiado valioso como para desperdiciarlo

lunes, 20 de julio de 2015

Lánzame, puedo volar.

De repente todo se ilumina y tus respuestas se encuentran frente a frente contigo mismo. Todo lo que veías tan difícil aparece como un sol brillante, enorme y esperanzador en tu mente. Qué claras se ven las situaciones cuando desaparece esa niebla de negatividad y pasividad que se mantenía pegada al cuerpo hace apenas unos días. Todo son etapas, momentos, líneas y puntos, luces en una noche, pájaros en la mañana.

Sentirse encerrado en uno mismo no sirve absolutamente para nada y, llegados a este punto, mi mentalidad está dando un giro completo llegando al camino que siempre había soñado. Puede que esas charlas de madrugadas veraniegas por Madrid en presencia de un "desconocido" o momentos de euforia en tardes calurosas me hayan hecho darme cuenta de todo. Al fin y al cabo, las aventuras inesperadas en días clave son lo que más nos marca. Recuerdos de momentos, aventuras, anécdotas que nos dan un toque de atención y nos hacen ver que la vida todavía no ha hecho nada más que empezar y que quedan muchas más sorpresas que descubrir.
Ahora estoy en un momento en el que pienso que debemos aprovechar y disfrutar de cada día, mantenernos ocupados mañana y noche en disfrutar de lugares con magia que nos encantan, descubrir  otros muchos más, conocer personas, disfrutar con los de siempre y sobre todo no arrepentirnos de no haber dado todo de nosotros en cada instante de nuestro recorrido por este universo.

Ahora y siempre mantenernos en nuestro estado más vital, ese que nos llena completamente y nos hace estar vivos, en donde sentimos nuestra propia esencia en su máximo esplendor. Sentir esa energía positiva de haber encontrado algo que nos gusta y luchar por ello, dejarnos la piel en conseguir todo lo que siempre hemos soñado. ¿Por qué no lanzarnos a volar? Arriesgar y confiar en una idea y que nadie nunca nos borre la ilusión de la sangre. Que no nos afecten los comentarios, ideas o palabras absurdas de otras personas que quieren hundirte. No hay que creer que algo no crece, que no pasa nada simplemente porque no ves su crecimiento, las grandes cosas crecen en silencio.

Es momento de vivir, de dar todo de uno mismo, de vibrar con la felicidad, la recompensa, el esfuerzo, las ganas, la ilusión, las miradas, la vida. Es momento de coger caminos, empezar etapas, mantenerse constantes, activos y siempre nosotros mismos.
Ahora me siento recargada, con las ideas claras y con ganas de aprender, equivocarme, caer y levantarme, descubrir olores, sonrisas, pensamientos y sentimientos nuevos. Con ganas de seguir escribiendo mi vital historia con más energía fluyendo por todo mi cuerpo y de la manera más positiva jamás vista.


No te lamentes, sal a la calle y resplandece.

lunes, 16 de febrero de 2015

Cuando viene tu futuro preguntándote por ti.

¿Nunca te has parado a preguntarte por qué lo haces? Ciertas emociones nos llevan a actuar de una manera determinada, sin pensar o simplemente por inercia. A veces echamos de menos que ocurran ciertas cosas, llamas que queman, sentimientos de verdad y no toques de pequeñas semejanzas. Esos momentos en los que aunque estés dentro de un huracán, en realidad no sientes absolutamente nada. Sin saber por qué, abres cicatrices simplemente para sentir algo y entonces empiezas a cerrar puertas que se encontraban entornadas o abandonas aquellas cerradas aún teniendo la llave. ¿Por qué? No lo sé, es necesario cerrar y abrir, abrir y cerrar sentimientos, heridas, bocas, etapas...  Puede que no siempre sea así o quizá es que sea mi forma de ser, pero, ya me he cansado de encontrarme en este absurdo espacio dilatado cargado de dinamismo y a la vez tan lleno de indiferencia. Con esa poca capacidad de decisión y energía  acabas de matar a casi todas mis mariposas y las pocas que quedan luchan por volar y billar en otra vida más luminosa. Unos vienen, otros se van. En realidad todo es tan sencillo, la respuesta la tenemos en nuestra cabeza y no necesitamos que nadie nos diga lo mismo de diversas formas. Sonaba mil veces en mi cabeza y aunque a veces no lo quiera escuchar, todo está dentro de mi, no hace falta que nadie me diga lo que en realidad ya se.

Esta insultante neutralidad acaba de terminar.