lunes, 16 de febrero de 2015

Cuando viene tu futuro preguntándote por ti.

¿Nunca te has parado a preguntarte por qué lo haces? Ciertas emociones nos llevan a actuar de una manera determinada, sin pensar o simplemente por inercia. A veces echamos de menos que ocurran ciertas cosas, llamas que queman, sentimientos de verdad y no toques de pequeñas semejanzas. Esos momentos en los que aunque estés dentro de un huracán, en realidad no sientes absolutamente nada. Sin saber por qué, abres cicatrices simplemente para sentir algo y entonces empiezas a cerrar puertas que se encontraban entornadas o abandonas aquellas cerradas aún teniendo la llave. ¿Por qué? No lo sé, es necesario cerrar y abrir, abrir y cerrar sentimientos, heridas, bocas, etapas...  Puede que no siempre sea así o quizá es que sea mi forma de ser, pero, ya me he cansado de encontrarme en este absurdo espacio dilatado cargado de dinamismo y a la vez tan lleno de indiferencia. Con esa poca capacidad de decisión y energía  acabas de matar a casi todas mis mariposas y las pocas que quedan luchan por volar y billar en otra vida más luminosa. Unos vienen, otros se van. En realidad todo es tan sencillo, la respuesta la tenemos en nuestra cabeza y no necesitamos que nadie nos diga lo mismo de diversas formas. Sonaba mil veces en mi cabeza y aunque a veces no lo quiera escuchar, todo está dentro de mi, no hace falta que nadie me diga lo que en realidad ya se.

Esta insultante neutralidad acaba de terminar.